jueves, 21 de julio de 2011

Educar es lo primero

LA EDUCACIÓN SECUNDARIA EN MADRID, DE JUNIO A SEPTIEMBRE

Como probablemente sepas, los profesores de la Enseñanza Secundaria en Madrid están en pie de guerra. Como son muchas las informaciones cruzadas y las verdades a medias que se han ido vertiendo en los medios de comunicación, me veo en la necesidad de redactar este texto para despejar algunas dudas. Paciencia, que es largo.

La educación madrileña hoy…
- es la última en gasto medio por alumno. Mientras que en el País Vasco se invierte una media de 10.388 € por alumno al año, en Madrid, la segunda comunidad de España con mayor renta per cápita, invierte 6.003 € (la media en España se sitúa en los 6.527 €).
- se ha visto sometida, durante años consecutivos, a una notable disminución de profesores. En julio del año pasado, la Consejería envió instrucciones para que se aumentaran los horarios lectivos (los horarios en el aula) en una hora. Esto supuso la eliminación de entre cuatro y cinco profesores por instituto, es decir, 1.500 en Secundaria y otros 1.000 en Primaria.
- deja en un limbo educativo a los alumnos con materias suspensas para septiembre. Los interinos que no ocuparon una vacante (una plaza para cubrir una baja o hacer una sustitución) desde principio de curso, han sido cesados en junio, por lo que otros profesores, que no conocen a estos alumnos, tendrán que calificarlos en septiembre y encargarse de sus tutorandos.
- se difama y se vapulea desde la política y los medios de comunicación, generando, alimentando y alentando el desprestigio de lo público frente a lo privado. Se nos llama “perezosos” y se comenta que no cumplimos con nuestro horario, mientras algunos políticos se cubren las espaldas con apaños tan populistas y engañosos como la Ley 2/2010, de 15 de junio, de Autoridad del Profesor. No tiene sentido revestirnos de las galas de “Autoridad Pública” y atacar después nuestra función, alimentando una división entre el ciudadano que sufre los zarpazos de la inestabilidad laboral y el funcionario que ha superado una oposición y cuenta con una plaza “fija”.

La educación madrileña en septiembre…
- contará con aulas más abarrotadas. La ratio se sitúa en 30 alumnos por aula con una posibilidad de aumento de un 10%, pero sabemos que estos límites se incumplen y que, de cara al próximo curso, podríamos estar hablando de aulas de 36 o 37 alumnos.
- perderá a más de 3.000 profesores interinos. Además, a día de hoy, 1373 profesores funcionarios de carrera no tienen destino para el próximo curso. Este es el resultado del aumento de las 2 o 3 horas lectivas por profesor que establecen las instrucciones para el próximo curso. Hay centros, como el IES La Paloma, que contarán con 44 profesores menos.
- deberá empezar las clases con profesores que no son especialistas de la materia que imparten. Los recortes así lo han provocado. Un profesor de Lengua, por ejemplo, deberá impartir cualquier otra asignatura si las horas de Lengua no bastan para completar su horario lectivo. Este es el caso de 220 profesores.
- perderá estabilidad en los programas educativos que se llevan a cabo en los centros, pues se han desplazado en torno a 500 profesores de sus destinos definitivos.
- ya no dispondrá de tutorías grupales. Los alumnos ya no contarán con esa hora semanal tan necesaria para la resolución de conflictos, la convivencia, el diálogo o la cooperación. Si un tutor puede y quiere acercarse a la realidad de sus tutorandos, debe hacerlo fuera del horario lectivo.
- eliminará la coordinación entre profesores de la misma materia y nivel y entre departamentos, al suprimir las horas dedicadas a esta labor.
- a pesar de todo el hincapié que, de boquilla, se les da a las nuevas tecnologías, ya no tendrá un profesor que coordine las Tecnologías de la Información y la Comunicación, puesto que se ha eliminado la hora lectiva para ello. Así, a los equipos informáticos, obsoletos e insuficientes, no se les podrá realizar ningún tipo de mantenimiento.
- ofertará menos asignaturas optativas, al haberse aumentado el número de alumnos necesarios para que se abra un grupo de materia. Esto hace que, en muchos casos, los institutos tengan que reducir la oferta y, los alumnos, conformarse con lo que haya.
- reducirá significativamente o, en muchos casos, eliminará los desdobles, refuerzos y aulas de enlace. Se acaba con la posibilidad de atender a los alumnos con más dificultades. Incluso aquellos que llegan al sistema educativo sin saber castellano deberán incorporarse a sus grupos masificados y cursar todas las materias en una lengua que desconocen por completo.
- dejará sin sustituir a aquellos profesores a los que se le dé una baja inferior a tres semanas, por lo que se interrumpirán esas clases y no habrá posibilidad de recuperarlas.
- permitirá impartir docencia en los centros públicos a profesorado externo, privado, que no ha superado ningún tipo de prueba acreditativa de sus conocimientos o de su capacidad pedagógica. La Fundación “Empieza por Educar” desarrollará, bajo el visto bueno de la Comunidad, una experiencia piloto en varios centros con el fin de ser implantada, posteriormente, de manera generalizada. Esta fundación se hará cargo, a partir del próximo curso, de las clases de apoyo que, hasta ahora, impartían los funcionarios docentes.

A los profesores madrileños no nos preocupa dar 2 o 3 horas más de clase a la semana (aunque esto suponga de 3 a 6 horas más de trabajo, como media, fuera del aula). Lo que verdaderamente nos provoca una inmensa indignación es el profundo menoscabo que se está haciendo de la educación pública por parte de la Consejería de Educación, que ofrece una perspectiva absolutamente desalentadora frente a la que los padres, y la sociedad en general, solo pueden responder con un giro hacia lo privado, ajeno a este tipo de medidas y recortes.

Así que, por favor, si eres madre, padre, alumno o, simplemente, ciudadano, entiende que, si acampamos o nos encerramos en los centros, si ejercemos nuestro derecho a la huelga o salimos a la calle a protestar, es por el futuro de nuestra educación; de una que siga garantizando que todos los alumnos tengan las mismas oportunidades, independientemente del contexto del que vengan. La destrucción de la educación pública no es más que una clarísima invitación a pasarnos al sector privado.

Luchemos por lo que es nuestro y por lo que todos pagamos.

Raquel Martín.
Profesora de Lengua Castellana y Literatura.

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